Ahora vais a leer una muy buena carta escrita por un alumno de segundo de ESO, Roger. El ejercicio propuesto era ponerse en la piel de uno de los personajes del libro de lectura y luego redactar una carta cuyo destinatario fuera otro de los personajes del libro.....
Madrid, 15 de agosto de 1969
Hola hermano:
Ya sé que mi saludo no pega nada con
mi personalidad, pero no encontraba ningún despectivo para saludarte. Bueno
imbécil, te escribo, porque quería reírme un poco de ti, me hace sentir
orgulloso. Me das pena, estas rodeado de cuatro bellezas, rubias y de ojos
azules y seguro que no te has ligado ninguna. Pero viniendo de ti, que eres mi
pobre y desgraciado hermano, no podrías salir ni con la más fea de todas.
Cuando nos volvamos a ver, que espero que pase mucho tiempo, te tendré que
enseñar a tratar a las mujeres. Luego, no te quejes de tu hermano, porque sin
mí en los temas del amor estarías acabado, aunque un poco ya lo estás.
También de quería decir otro motivo
de porque eres un pringado, y es que tienes que marcharte a unas frías montañas
del norte y yo puedo estar tan tranquilo paseando por las soleadas calles de
Madrid. En cambio tu, debes estar encerrado en aquella vieja vivienda, porque
llueve y además eres antisocial. Ya te imagino con tus bazofias de libros
tumbado en la cama imaginando que eres un marciano. Eres atontado porque los
bichos raros ( también te incluyo a ti) no existen.
Volviendo al tema amoroso, yo ya me
he ligado a una. Con mi primo de Madrid. José, hemos hecho buenas migas, y cada
tarde salimos a pasear rodeados de chicas con una belleza inigualable, más que
las de Villacandelaria, que no sabes con quien salir, porque son todas muy
hermosas. Pero al final escogí a Miranda, morena y con ojos verdes que me
cautivaron con solo mirarla y yo a ella está claro. Estas expresiones tan finas
que oyes son porque ahora soy más sensible, el amor lo cambia todo amigo. Al principio me costó adaptarme a la banda,
pero las chicas se fijaban en mi belleza y me adentré mucho más en el grupo.
Así que, me acercaba más a Miranda. Con ella dábamos paseos, hablamos, reíamos,
hasta que un día, con una lluvia de estrellas preciosa, nos besamos y así
empezó nuestra relación.
Bueno basta de tantas tonterías y te
quiero decir que ya me he gastado el dinero que te tenía que dar si me llevabas
unas bragas de Rosa, porque un hombre tan feo como tú no es capaz de conseguir
esto. Así que no me lleves unas bragas del mercadillo, porque me he gastado
todo mi dinero. Lo siento, yo nunca cumplo mis promesas.
Por fin llego al final de esta larga
y pesada carta, me duele el brazo de tanto escribir. Solo quiero decirte algo
bueno para terminar, algo muy tierno, muy suave viniendo de mi. Pero ya te lo
he dicho, he cambiado, soy más sensible. Y hermano, es que te echo de menos,
mucho, pero no porque te quiero, sino porque no tengo a nadie a quien insultar,
a quien pegar... des de que tu no estas no me puedo meter con nadie y esto me
duele mucho, porque estoy tan acostumbrado a maltratarte que necesito verte.
Pero recuerda, no te quiero, te seguiré odiando todo el resto de tu vida.
Con nada de afecto tu hermano, Alberto
Pd:
Respóndeme
No hay comentarios:
Publicar un comentario